miércoles, 10 de mayo de 2017

Foro antibelicista en Guantánamo reafirmó proclama de paz

Por Pablo Soroa Fernández

El V Seminario Internacional de Paz y por la abolición de las bases militares extranjeras, clausurado este fin de semana en Guantánamo, con delegados de más de 30 países, reafirmó la vigencia de la Proclama de América Latina y el Caribe como zona de Paz.
   Dicha proclama, firmada por las jefas y jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), ratificó su compromiso permanente con la solución pacífica de controversias, “a fin de desterrar para siempre el uso y la amenaza del uso de la fuerza en la región".
  “El presidente Raúl Castro ha reiterado nuestro sólido compromiso con la paz y con el apoyo a las causas justas de los países del tercer mundo”, subrayó José Ramón Balaguer Cabrera, integrante del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), al intervenir en el foro, celebrado en la guantanamera Universidad de Ciencias Médicas.
  El también jefe del departamento de Relaciones Internacionales del PCC esclareció que el concepto de zona de paz, engloba mucho más que una región sin guerras, constituye “un espacio de progreso económico, de justicia y dignidad, con pleno ejercicio de la independencia y soberanía”.
   Añadió que ese objetivo es posible, porque entre las innumerables enseñanzas que nos legó Fidel, figura la de que no hay límites para conseguir cualquier propósito, y que la victoria existe mientras se luche.
   Balaguer Cabrera mencionó, como fruto de esa filosofía del Comandante en Jefe,  la firma de los acuerdos de paz en Colombia que calificó como un gran triunfo de Nuestra América, y la derrota de las fuerzas reaccionarias en Ecuador, que decidió su futuro al vencer una sarta de mentiras dirigidas a fragmentar la unidad de esa nación.
   Coincidieron con esos criterios María do Socorro Gómez, Presidenta del Comité Mundial por la PAZ (CMP), que junto al Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos (MovPaz), promovió la cita, que si bien centró sus análisis en la lucha contra las bases militares diseminadas por el planeta, no dejó en el tintero otras cuestiones acuciantes.
   Entre estas, el cese del bloqueo de Cuba y la devolución a sus legítimos dueños del territorio que ocupa ilegalmente la base naval enclavada en suelo cubano desde 1903, la más antigua que mantiene, fuera de sus fronteras, el país que empaña con ese empecinamiento la plena normalización de las relaciones bilaterales.
   Puesto que el Imperio es alérgico a los procesos integracionistas y de inclusión social, impulsados por gobiernos progresistas de América Latina y el Caribe, en su otrora traspatio, pacifistas de todos los continentes manifestaron su solidaridad con la República Bolivariana de Venezuela.
   A pesar de la agresión mediática y física, en contubernio con Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA), renovado Ministerio de Colonias, el presidente Nicolás Maduro Moros conduce a su pueblo hacia la victoria.
   Victoria que es cierta, como lo corrobora la de la Cuba de hoy, que permanece firme, soberana, ecuánime y tranquila de espíritu, luego de ser expulsada, hace más de cinco décadas de la OEA, con el consenso de todos los gobiernos títeres de la región, excepto el de México que salvó la honra declinada por  las “ilustrísimas  señorías de Latinoamérica”, como las definió el Che, con ironía.