Por Raisa Martín Lobo
La aterradora mañana de aquel 17 de
mayo de 1946, los sicarios no repararon en que al hombre a quien iban a
matar lo acompañaban dos de sus hijos.Era
Niceto Pérez, quien ensangrentado, se acercó a su esposa, mientras le
repetía: "¡Matan a los muchachos! ¡Matan a los muchachos!". Pero no fue
hasta verla llegar al lado a los niños, cuando sonrió y entonces se le
cerraron sus ojos para siempre.
El
abandono frente al apetito de latifundistas fue uno de los males que
sufrieron los agricultores pequeños cubanos antes del triunfo de la
revolución en 1959. La posibilidad real del desalojo por vías ilegales o
la fuerza, se evidenciaron en las luchas campesinas del Realengo 18 en
Guantánamo. Y esta realidad, trajo consigo un movimiento más fuerte en
defensa de la tierra en toda Cuba, a raíz del fracaso de la revolución
popular que derrocó al tirano Gerardo Machado.
Por esos años, en Guantánamo, se
erigía un nuevo sitio de combate: El Vínculo, que para desdicha de los
habitantes del sitio, los terrenos colindantes eran ocupados por la
Guantánamo Sugar Company, la Compañía Ermita, S.A, y el latifundista
Lino Mancebo Rosell, a quien nombraban indistintamente El Tiburón o El
Virrey de La Maya, poblado ubicado en la actual provincia de Santiago de
Cuba.
En este escenario histórico despunta
Aniceto (Niceto) Pérez García, quien había nacido en el municipio de
Güira de Melena, en La Habana, el 27 de marzo de 1908, pero se
establece, en tierras guantanameras debido a la precaria situación
económica de su familia.Padre de cinco niños y miembro de la Asociación
Campesina de El Vínculo, este campesino ocupaba ocho caroes de tierra
tan poco fructífera, que solamente podía producir para la subsistencia
familiar.
Este pedazo de tierra cubana la
defendió Niceto ante la actitud criminal del administrador de la
compañía, Lino Mancebo, quien junto a los campesinos liderados por él,
ofrecieron fuerte resistencia para defender lo que les pertenecía.
Era el día 26 de abril de 1946, cuando
Niceto Pérez presentó una nueva acusación en la que expresaba las
constantes amenazas de muerte que hicieran Lino Mancebo y sus esbirros.
Sin embargo, la Guardia Rural hizo caso omiso al líder agrario y como
resultado fue vilmente asesinado el 17 de mayo de ese mismo año,
mientras trabajaba en su finca María Luisa, en El Vínculo.
El sepelio de Niceto se convirtió en
un acto de rebeldía, el aparente homicidio por un litigio de las
tierras, se había convertido en un serio problema político. Su muerte,
hizo que las luchas por defensa de la tierra continuaron no sólo en esta
zona oriental, sino en el Realengo 18, el Valle de Caujerí y otras
regiones del país.
Guía entre los campesinos a quienes
alentaba a luchar por defender lo que les pertenecía, Niceto Pérez
García, fue la síntesis de hombre honesto que preservó con sangre su
pequeña tierra y se convirtió en eterno guía para los campesinos
cubanos.
Fue esta una de las razones para que
el 17 de mayo de 1959, en honor a Niceto Pérez García, en el aniversario
13 de su asesinato y a otros que como él fueron víctimas de cruentos
crímenes, el Comandante en Jefe Fidel castro Ruz, firmó en La Plata,
Sierra Maestra, la Ley de Reforma Agraria. Ese día se hacía valedero uno
de los problemas principales planteados en el Programa del Moncada: El
de la tierra.
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