Por Leonel Escalona Furones
El padre debe ser el amigo, el confidente. Cuando nací mi
padre supo darme amor y ternura, cuando me hacía mayor me enseñó la
diferencia entre el bien y el mal e impuso la autoridad que ponía
límites a mis deseos.
Ya siendo adulto mi padre fue el mejor consejero que
tuve, junto a él llevé una vida repleta de problemas, pero nunca como
los que tuvo que afrontar para darme vida, y junto a ella una educación
apegada a los mejores valores que debe enarbolar un hombre.
Durante mi infancia siempre lo necesité, lo quise y
respeté pero ya siendo adulto fue que pude entenderlo y comprenderlo en
toda su magnitud, ahora que no está ciento que me falta una persona
especial. Por ello quisiera, como antes, poder ver su figura
recostada a la ventana y tomar sus consejos para escalar las tantas
montañas que aún me quedan por delante.
A la memoria de mi padre de manera especial son estas
flores como justo agradecimiento por haberme cuidado, por haber sido mí
guía, mi horizonte, mi límite ante los excesos, mi amigo, mi mejor
consejero y sobre todo por haberme dado la posibilidad de ser su hijo.
Sirvan estas para homenajear a todos los padres en su día.